El impacto ambiental del consumo de carne animal
¿Sabes que la producción alimentaria es la causante de hasta un 26% del total de emisiones globales de gases de efecto invernadero? De este porcentaje de emisiones, hasta un 58% provienen de productos animales. La carne de vaca y la carne de cordero constituyen dentro de estos datos el 50% del total de emisiones que contribuyen actualmente a la aceleración del calentamiento global.
Todas estas cifras extraídas del estudio “Reducing food’s environmental impacts through producers and consumers” de la Universidad de Oxford, ponen en contexto el impacto que tiene la producción de los alimentos a nivel medioambiental. Por poner un ejemplo los investigadores sostienen que pese a que la carne y otros productos animales son los causantes de más de la mitad de las emisiones relacionadas con la producción alimentaria, estos solo proporcionan una quinta parte de las calorías necesarias para llevar a cabo una dieta equilibrada.
Para el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) transformar una dieta basada en carnes y productos lácteos puede marcar la diferencia en la huella ambiental que cada usuario deja al consumir este tipo de alimentos. Según el mismo estudio, tan solo con moderar el consumo de carne, leche, queso y mantequilla de su dieta diaria; cada consumidor estaría reduciendo en dos tercios su particular porcentaje de emisiones de gases de efecto invernadero.
En contraposición el mismo organismo recomienda adoptar una dieta cárnica basada en productos de origen local, de temporada y criados en pastos naturales y al aire libre. Una medida con la que se puede llegar a reducir en un 75% la cantidad de tierra requerida para producir alimentos de origen animal; evitando además la desforestación de bosques, el consumo de cantidades desmedidas de agua, y en definitiva la emisión del carbono que directamente contribuye al cambio climático o la pérdida de esta biodiversidad.
Otra de las conclusiones que pueden extraerse del estudio publicado por la Universidad de Oxford es que incluso la producción de la proteína cárnica con menor impacto ambiental emite más carbono que la producción de la proteína vegetal con mayor impacto.
Por poner un ejemplo, la producción de una porción de tofú, frijoles o nueces emite un menor porcentaje de carbono, que los huevos, la leche de vaca o el queso; proteínas de origen animal que menor cantidad de carbono emiten dentro del contexto de las proteínas animales.